Actualmente es frecuente en el ámbito sanitario hablar de un nuevo enfoque en los sistemas de salud, más alineado con los cambios generales que experimenta nuestra sociedad, muy especialmente con la incidencia generalizada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Este cambio está basado en lo que se denomina el empoderamiento del paciente. Este concepto está asociado al proceso de capacitación de los pacientes y sus familiares, con la idea de que puedan participar de forma activa en la gestión de su enfermedad, bien sea en la toma de decisiones respecto a su tratamiento o en los propios cuidados que derivan del mismo.
Tradicionalmente, el paciente era pasivo respecto a su enfermedad. Los profesionales sanitarios (médicos, enfermeras) eran los responsables de su curación y resultados. Sin embargo, cuando el paciente se activa, esta responsabilidad se comparte: el resultado de la curación o de la efectividad del tratamiento ya no reside sólo en el sistema sanitario, también en el paciente que, debidamente informado, se compromete en la curación mediante un seguimiento correcto del tratamiento o nuevos hábitos (alimentación o ejercicio) que inciden directamente en su salud. Esta colaboración entre médicos y pacientes permite personalizar los tratamientos, adaptarlos a las condiciones de vida de cada individuo y, según muestran diferentes estudios, esta activación del paciente tiene efectos positivos en su recuperación.
Teniendo en cuenta, además, que las enfermedades crónicas son las que más recursos consumen dentro del sistema sanitario, este nuevo modelo no sólo influye positivamente en la evolución de la patología (en muchos casos son enfermedades que dependen en parte del cuidado que los enfermos tengan de sí mismo, en ámbitos como el ejercicio, la medicación o la correcta toma de medicamentos), sino que además contribuye a aligerar la eficiencia global del servicio de salud.
En este contexto, las nuevas tecnologías adquieren un papel importante al facilitar la información del paciente sobre su salud y su tratamiento, la comunicación entre el paciente y los profesionales y al facilitar este nuevo modelo de gestión de la salud más personalizado.